jueves, 23 de diciembre de 2010

Lo que uno quiere, algo le cuesta

Ayer era el día, volvía a casa después de 3 meses y con sentimientos contrapuestos por la pena de dejar mi hogar y las ganas de ver a mi familia.

Pero la cosa no iba a ser fácil. Salí en bicicleta por la mañana para aprovechar que tenia libre en el trabajo, pero la fortuna hizo que no pinchar una sino 2 veces a 30 km de casa.. no encontrar una tienda de bicis y cuando la encuentras darte cuenta que no tienes dinero suficiente te puede matar si te espera un avión. Eso me hizo volver arrastrando una de las ruedas hasta casa. Aun así llegue con el último horario previsto. Tranquilidad.

Luego en el aeropuerto sorpresa de que nunca esperas: 15 min antes del embarque cancelación del vuelo por motivos operacionales (porque les dio la gana). ¿Qué hace uno?, ¡pues que coincidencia! A la misma hora salia un avión, de la misma compañía, hacia Barcelona.. Yo quería llegar pronto a casa y no muy cansado para contar cosas en casa, pero el vuelo que nos pusieron Bcn-PM fue uno a las 10 de la noche, así que me quede tan cansado que las palabras desaparecieron. Me quedaba dormido de pie y más de una vez haciendo cola me tuvieron que llamar la atención para decirme que era mi turno. Debieron pensar que me faltaba algo, yo no pensaba..

Por fin en casa y algo de comer. ¡Pero que gusto ver una nevera llena!
Y mañana sea otro día, donde os pueda ver.

¿Cuando quedamos?

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