Parece mentira, pero ya llevo un mes por estas tierras. El tiempo va cada día mas deprisa y si me pongo a pensar en los planes que tengo (visitas de amigos, viajes que tengo programados, etc) me veo ya en casa.
Que la adaptación sea tan rápida supongo que tiene aspectos positivo y negativos. Los buenos ya los conocía y ahora los otros, llegan días pesados con tormentas y donde casi no vemos el sol y los ves como un día raro en Palma, que pasa sin pena ni gloria.
Luego, que te cojan confianza en la oficina también implica que te metan estrés. Si hay algo que discutir de como se hace una cosa la “capa”ya no se corta y da algún bocinazo a algún compañero y , en estos casos ya se sabe “si ves las barbas de tu vecino.. “.
Como ya llevo 30 días, puedo decir que he visto como se trabaja en la oficina en lineas generales. Sin duda uno corre para cerrar el mes de septiembre (día 16 es el último día del IVA) así que esta semana me voy a pasar entre pecho y espada unas dos mil facturas, que a razón de trescientas por día.. bueno, llegare a lo que pueda. Luego quedara ir organizando las del mes que viene; ir detrás de los diferentes departamentos para que te confirmen-corrijan-busquen el “riferimeno” de aquellas dudosas; llamar a los proveedores para los anticipos y; creo que ya volvemos a empezar..
Menos mal que las niñas de la oficina tienen su corazoncito y de vez en cuando me sorprenden con detalle.. lo bueno de ser el niño de la oficina.
Y como ha sido un día raro, pesado, cansino me despido porque no puedo más.
Saludos desde la ciudad eterna..
(..esto no se acaba)
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