jueves, 13 de enero de 2011

Napoli




Este es la historia de un viaje que no podía dejar escapar. Visita obligatoria antes de volver a casa para encontrar a Mario:
Estando becado uno piensa que la economía domestica no se riña con la aventura y las experiencias nuevas, por ello lo mejor es llegar a la ciudad del Vesubio en el tren regional: tres horitas por 10 € y encima puedes ver toda clase de personajes singulares y como dice mi caro
Mario:"de noche, la máxima experiencia". No tiene desperdicio el poder escuchar puro napolitano (O` bagno) todo un jeroglífico incluso para un italiano.

Como partí justo después del trabajo, llegue con la noche crecida. Perfecto para cenar, ya que por aquí siguen o entienden alguna de las costumbre españolas, a eso de las 9.30. Los Napolitanos son unos cicerones impresionantes y en cuanto a comer, no dejan nada al azar y me deleitaron con 1º, antipasto, 2º y postre. Todo Bueno, Bueno, Bueno!!!
Luego paseo por la ciudad para conocerla de noche y relajarse después del estresante día.
Primero un local con mucho diseño por la zona del castillo sant Elmo y luego una copa cerca de lungo mare,zona que me recordó a la Lonja con gente fuera de los locales y montando bullicio. Ah! no hay chicas feas en la ciudad, creo que es decreto municipal.

El primer día lo dedicamos a recordad la ciudad, ya que había estado antes. Una pizza típica (se inventaron aquí y suele ser alta ya que llevan levadura). Al atardecer el "tramunto" no tiene desperdicio y subir a alguna colina de la ciudad para ver como se encienden las luces de Capri..el O sole mio!! se entiende perfectamente.
Por la noche fuimos a un concierto de Cristina Davena, famosa en Italia entera por cantar las canciones de los dibujos animados de mi generación (Heidy,Oliver y Bengi, Lupin, los pitufos..) Aquí también se estilan los locales encima del mar, que en verano deben ser un espectáculo.

Al día siguiente tocaba madrugar, porque Capri es para aprovecharla del alba hasta el atardecer.Recomiendo pasear por Capri e ir a ver los Faragioli en Punta Tragara (me recordó muchísimo a Formentor), la playa de Marina Piccola. Subir a Anacapri y coger el funicular; ver la villa Michaelle o llegar a la cueva azul. Si uno tiene dinero, mucho dinero, un verano aquí debe ser una locura.
Prácticamente del barco al tren, pero no sin antes probar un Baba, dulce típico de Napoles de bizcocho con ron. Después de degustar la gastronomía local uno entiende porque la ciudad la
han hecho con tantas pendientes, ya que, luego de los manjares que uno come, es necesario quemarlos para probar otros distintos (Buono e giusto)

Otros lugares que recomiendo ver son Pompeia, Salerno, Costa Amalfitana, la isla de Ischia. Esta región es un trozo de cielo en la tierra.

Puedo decir que me he sentido como en casa: 1ºpor la hospitalidad de casa y de los amigos y 2º por lo mucho que me ha recordado a España.
Napoli, volveré! A voi ci vediamo a Mallorca!
Eeee...si! (Napoli, Napoli, Napoli!!! forza Napoli)

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